Acabo de vivir una experiencia profundamente gratificante en CASPE, cerca de Zaragoza, Aragón. Tuve el honor de impartir un curso-taller teórico-práctico sobre círculos restaurativos a un grupo de docentes, incluyendo la directora del instituto.

No puedo evitar sentirme llena de satisfacción, alegría y sorpresa al ver cómo estos espacios seguros y mágicos fomentan un verdadero sentido de comunidad. Los círculos permiten que las personas expresen libremente sus pensamientos, ideas, sentimientos y dudas, fortaleciendo las relaciones y creando conexiones auténticas.

Hoy, más que nunca, reafirmo que los círculos son poderosos. Un Ahora, el desafío está en manos de este increíble profesorado: llevar esta herramienta a sus aulas y permitir que sus estudiantes vivan la magia de los círculos restaurativos.

💬 **¿Te gustaría saber más sobre cómo los círculos pueden transformar comunidades educativas? ¡Hablemos!**